29 Mientras él yacía mudo y privado de toda esperanza de salvación,
a causa del poder divino,
30 otros bendecían al Señor que había glorificado maravillosamente
su propio Lugar; y el Templo, lleno poco antes de miedo y turbación,
rebosaba de gozo y alegría después de la manifestación del
Señor
Todopoderoso.